La rectosigmoidescopia visualiza las alteraciones o enfermedades que afectan la porción final del intestino grueso.

Para la realización de este examen se introduce, a través del ano, un tubo que puede ser flexible o rígido, con una cámara en la punta, capaz de detectar lesiones, pólipos, focos de sangrado o tumores.

Aunque podría ser un examen parecido a la colonoscopia, la rectosigmoidescopia se diferencia en que sólo se visualiza el recto y colon sigmoide, correspondiendo, en promedio, a los últimos 30 cm del intestino.

Para este tipo de estudio, no se requiere lavado intestinal completo ni sedación, como ocurre en la colonoscopia.

La rectosigmoidescopia se recomienda para:

  • Determinar presencia de masa o tumor rectal
  • Rastrear cáncer colorrectal
  • Observar la presencia de divertículos
  • Identificar y buscar la causa de una colitis fulminante
  • Detectar origen de hemorragias
  • Observar si existen alteraciones correlacionadas con cambios en el hábito intestinal.
Con este tipo de estudio es posible realizar biopsias para que sean analizadas en el laboratorio y diagnosticada la alteración.


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